El proyecto se sitúa en el borde Norte del casco histórico de Sevilla junto a la Avenida de Torneo. Se trata de una edificación de planta rectangular anexa a la conocida como Torre de Los Perdigones. El local, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, se cede mediante concesión administrativa para su explotación como Quiosco-bar. El establecimiento se organiza planteando una transparencia total entre el interior y el exterior en la fachada que da al parque y a la torre, organizando en este espacio una agradable terraza para el público. En la fachada opuesta, que da hacia la vía pública, el edificio se cierra y se organiza en este lado las estancias tales como la cocina, almacén y zonas de personal. En el lindero norte se reserva una parte de la edificación a un almacén para el mantenimiento del parque, por lo que en esta zona se distribuyen los aseos públicos. En el exterior el ladrillo visto y los bloques de hormigón pintados en tonos rojizos son una clara alusión a las terminaciones de la Torre de los Perdigones. El ladrillo visto continua en los revestimientos interiores de modo que se difumina el límite entre exterior e interior, sensación que se refuerza gracias a los amplios ventanales de vidrio.