La adaptación al nuevo uso de vivienda exige la distribución de todos los usos mínimos necesarios, es decir, salón-comedor, baño y dormitorio. Dada la superficie disponible de 40m2 se optó por una distribución diáfana que aprovechara al máximo el espacio interior. A su vez, esta decisión nos permitió volcar toda la vivienda al patio trasero a través de un gran hueco que ocupa casi todo el paramento. De este modo también se ha evitado alterar la fachada protegida del inmueble y aislar la vivienda de ruidos y miradas indeseadas desde la vía pública. El gesto más significativo del proyecto ha sido la distribución del dormitorio en una entreplanta que nos ha permitido multiplicar la superficie útil y aprovechar la parte baja para ubicar el baño de la vivienda. En último lugar, la elección de los materiales como el suelo laminado de madera o el ladrillo visto han dado como resultado una vivienda con un alto grado de confort, un espacio